martes, 24 de agosto de 2010

Rusia e Irán, mas amigos que enemigos, por Raúl Crespo

Según la historia, las relaciones entre Rusia y Persia, comenzaron en 1592. Hasta 1935 Irán, era conocido como Persia. Dos imperios se disputaban Persia durante los siglos XVIII-XIX y la primera mitad del XX, la segunda guerra mundial freno los intereses soviéticos de instalar el comunismo en Teherán

Estados Unidos, con el Sha Reza Pahlevi, asumió el relevo de la ex URSS, pero la caída del Sha en 1979, el ascenso del Ayatala Jomaine, término con la influencia de Washington, quien se pasó a la otra orilla a Irak.

A finales de la década de los 90 Mohamed Jatami y Mahmud Ahmadinejad, apoyaron a Rusia, para que sea la nación influyente en esas áreas de Oriente Medio y Asia Central para que frene las aspiraciones políticas-energéticas de EEUU, al querer construir un gasoducto a través del Caspio, con el fin de explotar los yacimientos de gas y petróleo en esas zonas eludiendo a Rusia.

Desde los primeros años de este siglo Rusia e Irán se unieron para evitar que los oleoductos turcos y el proyecto Baku-Tibilisi-Celhan (BTC) patrocinado por EEUU, considerado por Rusia e Irán, una amenaza para sus intereses energéticos, y, para Rusia, al menos hasta que no se construya el oleoducto Burgas-Aleksandrpolis, que va desde Bulgaria a Grecia, le permitirá exportar directamente el petróleo desde el puerto de Novorossiiisk, hasta tanto el petróleo ruso se exporta por el puerto iraní de Neka, en el mar Caspio. 500000 barriles de petróleo por día (BPPD) en trueque por derivados de petróleo a Irán, acuerdo por 25 años.

Otro de los proyectos que desata una guerra geopolítica, es una carretera que Irán y Rusia, proyectan vaya desde India, pase por Irán hasta Rusia, la contraparte europea y estadounidense la trazaron desde India, pero que no pase por Irán ni Rusia, hasta Europa, o las prospecciones conjuntas en la parte iraní del Caspio, con petroleras rusas que eviten las sanciones de EEUU, quien califica a Irán de ser una nación que apoya al terrorismo no evita que Gazprom sea la empresa idónea para esta exploración ya que participa en la explotación de uno de los yacimientos de gas más grandes del mundo Pars del Sur, y colabora en la construcción de una serie de oleoductos y gasoductos en Irán.

El miércoles 14 de julio del 2010 Massoud Mirkaemi, ministro de Estado de la República Islámica de Irán. Viajo a Moscú, para reunirse con el ministro de energía de Rusia, Serguei Shamatko, para trabajar una hoja de ruta para la cooperación bilateral sobre petróleo y gas. La creación de un banco binacional para financiar proyectos hidrocarburiferos y petroquímicos, los acuerdos incluyen colocar una parte de la producción petrolera de los dos países en sus bolsas, así como la creación de empresa mixtas comunico la agencia ITAR-TASS.

Las empresas rusas van a suministrar derivados de petróleo con intereses comerciales dijo el ministro Shamatko, en medio de las sanciones del Consejo de Seguridad y de Estados Unidos, que entre otros prohíbe la comercialización hacia Irán de derivados de petróleo, sanciones que impulsaron al presidente Dimitri Medvedev, a informar que, “Irán está próximo a tener armamento nuclear”, declaración que la hizo el primer día del mes de julio a los medios de comunicación.

El canciller ruso Serguei Laurov, comunico esta semana a los medios de comunicación que la sanción del Consejo de Seguridad votada por Rusia, “no frena la cooperación económica comercial en asuntos importantes”, Moscú, mantiene activos todos los canales con Teherán, en materia de cooperación bilateral”. Andrei Mesterenko, portavoz de la cancillería agrego: “las sanciones impuestas bajo presión de EEUU, no afectan los compromisos de Rusia, en la comunicación y en la puesta en marcha para agosto de la central nuclear de Bushehr”.

La central nuclear está ubicada a orillas del Golfo Pérsico y defendida por un sistema de defensa antimisiles tierra-aire SA-15 Gauntlet, y sistemas de defensa antimisiles aire-aire TOR-M-1 vendido por Rusia en el 2005 e instalados en el 2006 por 700 millones de dólares. Irán, después de China e India, es el mayor comprador de armas rusas, Teherán, ha comprado desde 1992 unos 11000 millones de dólares basados en un ambicioso programa de rearme de más o menos unos 1000 millones de dólares por año durante los próximos 10 años. Comercio que Moscú no está dispuesto a perder.

Las obras del reactor nuclear de Bushehr, dan trabajo y divisas para el gobierno de Medvedev, representan unos 1000 millones de dólares y trabajo para unas 1700 personas en su mayoría rusos en Irán, aparte de los casi 19000 plazas de trabajo en más de 300 compañías en la misma Rusia, para el mismo proyecto , central nuclear que tenía 15 años de retraso. El acuerdo ruso –iraní data desde 1992 firmado por la compañía Atomstroiexport, empresa que inicio la construcción de la central tres años después.

Rusia, está a favor del desarrollo nuclear civil que le permitirían unos 1000-1500 megavatios de energía a Irán, pero no está de acuerdo en que Teherán, desarrolle armamento nuclear por razones geoestratégicas, Putin y Medvedev, han tenido serios inconvenientes con Mohamed Jatami y con Mahmud Ahmadinejad, por los Estados ribereños del Caspio, Rusia, Irán, Kazajistán, Azerbaiyán y Turkmenistán, naciones que habitan a orillas del lago más grande del mundo y que dividen a Teherán y a Moscú, interesados por los cuantiosos recursos energéticos y las estratégicas rutas de suministro y comunicación que cruzan el área.

Jatami, en el 2001 firmo con Putin, un tratado de vecindad estratégica y cooperación militar por miles de millones de dólares para que el Caspio, frontera natural entre los dos países permanezca libre de la influencia de Washington. Irán, necesita a Rusia, como vecino estratégico, el desarrollo de anergia nuclear, la defensa y la seguridad regional, aprovisionamiento militar, espacial, y estabilidad energética en derivados de petróleo, es importante para Teherán, por su parte, Moscú, necesita vender armas e Irán, es un comprador importante para una mejor defensa de su frontera sur. Relaciones que han incrementado en más de un 70% las relaciones comerciales.

Desde el gobierno de Putin, Rusia dejo claro a los más influyentes líderes europeos, Nicolás Sarkozy y Ángela Merkel, que apoyara incondicionalmente a Irán en su proyecto nuclear, incluso, invito a Teherán a que se sume al proyecto internacional para enriquecer uranio en Siberia, por su parte, Irán, solicito a Rusia, participe en la creación de una OPEP del gas. Justamente el gas es un inconveniente en las relaciones entre Ahmadinejad y Medvedev, se disputan quien abastece a Turquía con gas, Rusia gano, pero, Irán no desiste en participar de ese mercado. El transporte de hidrocarburos desde Kazajstán y Turkmenistán, es otro de los obstáculos con Rusia, porque Irán, quiere ser uno de los mayores canales por el que circule el petróleo en Oriente Medio.

Las divisiones del Caspio, en términos de extracción de recursos energéticos, Rusia defiende una división en la que Irán saldría menos beneficiado, no solo por la extensión menor del resto de países ribereños sino porque le corresponderían yacimientos menos productivos beneficiando a Azerbaiyán. Rusia, formo una coalición con Kazajstán y Azerbaiyán, por otro lado, Irán, con Turkmenistán, quieren ocupar una posición intermedia, Rusia y Azerbaiyán, quieren evitar una mayor influencia de Irán en el Caspio.

El Cáucaso, es otra de las aéreas de disputas por los intereses diversos. Rusia no quiere dejar su influencia con las ex repúblicas soviéticas Azerbaiyán, Armenia, Georgia, a pesar de eso Irán, considera que es una potencia es esta zona. Iniciando la década de los 90 surgieron disputas entre Rusia e Irán, en el Cáucaso, que se solucionaron años después con Armenia, en todo caso Rusia e Irán, le apostaron a frenar la influencia de EEUU y Turquía, en la zona teniendo a Armenia como aliado común, con Armenia, Rusia le aposto al desarrollo militar mientras Irán, a las relaciones económicas.

El Cáucaso, es un serio problema relacionados con conflictos religiosos, étnicos y nacionales, Azerbaiyán, cuenta con el respaldo de Turquía y de EEUU, nación que, junto a la OTAN desestabilizan Georgia del Sur. En estas circunstancias, el voto de Rusia, en el Consejo de Seguridad a favor de las sanciones a Irán, es intrascendente, el programa nuclear iraní civil no puede ser objetado por ningún país u organización, en segundo lugar, el combustible nuclear comprado por Irán, debe retornar a Rusia, cuya inspección le corresponde a la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA)

Con China, otro de los votantes contra Irán, del Consejo de Seguridad Permanente de la ONU no tiene relevancia global puesto que China, compra petróleo y derivados a Irán, los chinos son uno de los mayores compradores de armas rusas y los rusos son los mayores abastecedores de gas a Europa, además, es posible que, una vez en funcionamiento la central nuclear iraní, los chinos provean esa tecnología. El asunto de Washington, buscando frenar a Irán, no pasa por las armas nucleares iraníes, pasa para que Israel no pierda su hegemonía en parte del Medio Oriente.

Sergei Mironov, presidente del senado ruso concluyo, “Irán ha expresado categóricamente su solidaridad con Rusia, con ellos mantenemos conversaciones sobre problemas internacionales regionales como la guerra civil en Tayikistán, la invasión a Afganistán e Irak, el papel de la ONU, el conflicto palestino-israelí en la franja de Gaza y la política energética en el área en caso de un ataque de EEUU e Israel a Irán. Ahmadinejad, es un elemento importante para el equilibrio del Caspio, en el Cáucaso, para influir en la paz en Afganistán e Irak, y frenar a EEUU”.

lunes, 23 de agosto de 2010

2012 y el fin del Petróleo: Antecedentes de una catástrofe anunciada, por José Miguel Pizarro

“La advertencia frente a una amenaza de nivel estratégico no existe hasta que esta ha sido presentada adecuadamente al conductor político de la nación. Pero este debe saber que ha sido advertido”. Cynthia M. Grabo. “Anticipating Surprise. Analysis for Strategic Warning.” Pág. 14.

La búsqueda y la explotación de nuevos yacimientos de Gas y Petróleo será el tema central que definirá la política internacional de los primeros 30 años del siglo 21. Sin embargo — y a pesar de las múltiples señales de alarma proporcionadas por las minorías científicas que nos inundan diariamente con evidencia empírica indesmentible de la dramática escasez de energía — las masas populares siguen desconectadas de la preocupante realidad que las rodea. Aun así un hecho es claro y evidente: La era del petróleo barato se acabo para siempre. El reinado del “Nuevo Petróleo” – ese en el cual un barril a solo $100 dólares será considerado atractivo — ha venido a quedarse.

La demanda por Gas y petróleo se ha disparado a niveles sencillamente insostenibles que incluso, si solo leemos los informes de los optimistas, nos alertan de la total extinción de los actuales yacimientos gasíferos y petroleros en menos de 25 años más. Los pesimistas hablan de 10. Pero si solo nos basamos en la simple lógica de la oferta y la demanda – o en las acciones concretas de movimientos específicos de tropas, masivas e inexplicables compras de armas o en las “rarísimas” y novedosas alianzas estratégicas de las potencias mundiales – estas nos hablan entonces de solo 5 años más. Al igual que un buen ajedrecista, Estados Unidos, Rusia y China (entre otros grandes consumidores de petróleo) ya han comenzado a pre-posicionar sus fichas en el tablero de la red energética del planeta.

En América Latina – y dejando de lado las argucias semánticas que tratan de encubrir el hecho que no existe planificación alguna para enfrentar el desastre – la evidencia científica es dolorosamente simple, directa y tangible. La demanda mundial por petróleo se encuentra en una escalada ascendente de niveles inéditos que solo apunta a seguir incrementándose exponencialmente de forma semestral. A medida que la población de China, Asia, India y la del resto del planeta se multiplica (a una velocidad jamás antes vista) dicha población demandará para sí los beneficios de un nivel de vida similar al de Europa y América del Norte. Desafortunadamente esas aspiraciones contrastan con la real capacidad de producción de petróleo mundial. La actual capacidad ya alcanzó hace rato su máxima expresión (81 millones de barriles diarios) y es hoy — de hecho — incapaz de satisfacer la demanda energética mundial en el área residencial, comercial, industrial y de transporte la que al 15 de Marzo del 2010 ya superaba los 86 millones de barriles diarios… y subiendo.

Pero cuidado. Aquí el lector cometería un error si creyera estas palabras a ojos cerrados. Cada uno tiene que hacer sus tareas e investigar por su propia cuenta. La inteligencia energética, el análisis prospectivo y la alerta estratégica poseen todos un factor en común. La de entregar señales, avisos y alarmas con la suficiente y adecuada antelación que le permitan al gobierno de turno planificar y reaccionar adecuadamente frente a una probable hipótesis. Hoy el posible escenario que nos preocupa es espantosamente simple: ¿Qué posibilidades existen de que al 1 de Enero del 2012 el barril de petróleo se “estanque” en el segmento de los $110 a $120 dólares… y durante más de un año? O lo que es peor…. ¿Qué pasa si NUNCA más vuelve a bajar? En ese escenario: ¿Cuántos meses de vida le quedan a cada país sudamericano antes de que el caos social y el desorden lleven a la destrucción parcial del estado?

Lo que irrita y sorprende es que la gente ya ni siquiera recuerda la historia más reciente. Estimulemos la memoria: Al día 30 de noviembre del 2001 el precio del barril de petróleo se mantenía a solo $18 dólares. Este precio reflejaba el parámetro histórico de las ultimas 3 décadas y se mantenía dentro de su valor tradicional sostenido desde principios del siglo XX. Pero tan solo ocho años más tarde el mismo barril de petróleo (proveniente de los mismos lugares de siempre) se mantiene en una escalada ascendente y sostenida que ya supera los $87 dólares. Todo esto en medio de una descontrolada demanda energética mundial con crisis de precios que – hace tan solo unos meses atrás — han llevado el barril a superar máximos históricos superiores a los $140 dólares.

Simultáneamente, todo esto ocurre cuando casi la totalidad de los pozos considerados como “activos” en el mundo alcanzaron (hace ya bastante tiempo) su madurez operativa y comienzan gradualmente a secarse obligando a las petroleras a “raspar el fondo del barril.” El resultado es obvio; las últimas gotas de petróleo fácil (ese que se obtiene a menos de 70 metros de profundidad en países que cuentan con toda una infraestructura vial para su rápido transporte) comenzaran a venderse muy pronto a $120 dólares por barril. Esa será otra señal de que el “nuevo petróleo” – ese que podría venir de yacimientos ubicados en áreas extraordinariamente complejas geológica y políticamente hablando — solo estará disponible para aquellos “clientes exclusivos” que si podrán pagar un escaso y apetecido barril a un precio base superior a los $145 dólares. Marquen y guarden muy a mano mis palabras…

Cuando la demanda excede por mucho la capacidad de producción el resultado es siempre el mismo… los humanos históricamente hemos desatado una feroz competencia por aquellos recursos que consideramos escasos y vitales para nuestra sobrevivencia. Lo que irrita es que — exactamente igual que hace 100 años atrás — esta será de nuevo una guerra internacional a gran escala gatillada por la competencia económica entre el Tercer Mundo y las naciones industrializadas. Al igual que ayer, las grandes multinacionales llegaran a Latinoamérica respaldadas (nuevamente) por ejércitos extranjeros equipados con tecnologías infinitamente más avanzadas que las nuestras y con fuerzas de combate integradas exclusivamente por tropas y operadores 100% profesionales. ¿Nuestra respuesta? Soldados conscriptos analfabetos, flechas y dardos envenenados con Curare… sin duda. Después de eso… a sentarse negociar.

Los primeros pasos que se deben dar para tratar de evitar o disminuir los efectos del conflicto son sumamente simples. Los países latinoamericanos deberían comprometerse a trabajar coordinadamente para enfrentar la crisis. Es como lógico. Pero las preguntas lógicas y atingentes a este tema ni siquiera existen. En nuestra región no existe ningún esfuerzo concertado – ni en el nivel político ni en el académico — para evitar una guerra por gas y petróleo. Por ejemplo; ¿Cómo aseguramos el abastecimiento energético de Europa y de Estados Unidos mientras al mismo tiempo garantizamos la constante y pacifica llegada de Gas y petróleo a nuestras costas? ¿Qué rol conciliador deben jugar los países productores en América latina? ¿Cuál es la alianza estratégica regional más adecuada (pragmática y realista) para garantizar el escaso flujo energético que se nos viene encima sin tener que llegar a la lucha armada? ¿Qué planes de contingencia existen para alimentar a nuestras poblaciones si la crisis energética llevará el precio del barril – por ejemplo — a los $240 dólares durante 12 meses seguidos?

Chile: Análisis “Crudo”.

En términos bien simples — y solo para satisfacer las estimaciones más alegres y optimistas – se espera y se exige que la producción mundial de petróleo se incremente durante los próximos 20 años en al menos un 1,3% anual de forma constante y sostenida. Esto se debe a que para el año 2030 se pronostica que la demanda mundial por petróleo se incrementará en un casi insensato 50%. En consecuencia los gobiernos del mundo (léase aquí las petroleras) deberán encontrar “nuevos yacimientos de petróleo” que permitan incrementar la actual producción de 86 millones de barriles diarios a más de 118 millones de barriles al día. ¡Por lo menos! Y eso no es ninguna pequeñez.

Con las reservas mundiales de petróleo en franca disminución y con una demanda por energía en descontrolado incremento — con yacimientos probados cada día más escasos y de mayor costo en su explotación — un barril de petróleo a más de $120 dólares podría ser fuente de preocupación, conflicto, dolor y muerte. Motivos sobran.

Chile por ejemplo, es uno de los pocos países del mundo (y el único en América del Sur) que prácticamente no produce una sola gota de petróleo. De los 341,000 barriles que consume diariamente el 98,8% de ellos llegan a Chile en gigantescos buques tanque que provienen de países tan lejanos como Angola, Turquía y Nigeria. Todos ellos ubicados exactamente al otro lado del planeta. El tema empeora aun más cuando comprobamos que las reservas de crudo almacenadas entre la 1ra. y la 12 va. regiones (en su afán por jamás guardar stock y solo vender) solo podrían llegar a contener en un día perfecto no más de 3 millones de barriles. Esto significa en castellano que dichas reservas – aun si llegasen a ser extraordinariamente bien administradas en una situación de racionamiento y emergencia — jamás darían para más de 10 días de suministro nacional.

Esta situación de carencia, ignorancia peligrosa y pobre planificación presenta una serie de vulnerabilidades estratégicas de carácter grave y alarmante. En medio de una situación regional e internacional sumamente enrarecida y altamente volátil estos temas no solo no están siendo discutidos por la alta dirección de la republica, sino también – y lo que es peor – no le han sido informados a la población nacional. Sobre todo cuando aquí estamos hablamos de una opinión pública y de un pueblo que podrían reaccionar con infinito desacierto si son lanzados a una guerra vecinal que no comprenden y para la cual jamás fueron preparados.

Veamos un ejemplo puntual. Cualquier acción militar en contra de Irán será respondida por esa nación con el minado inmediato y casi instantáneo del Estrecho de Ormuz. El lanzamiento de entre 500 y 3,000 minas anti-buque a las aguas del Golfo Pérsico cerrará efectivamente – y por al menos 6 meses — la navegación marítima y comercial hacia una zona que produce más del 46% del petróleo que utiliza el planeta tierra. Así las cosas no es difícil adivinar que en Chile 10 días de reservas de crudo no son suficientes para enfrentar una crisis que a todas luces no solo va a durar meses, sino también, elevará los precios del barril de petróleo a valores que muy, pero muy pocos países podrán contratar.

Al igual que hacia finales del año 1941 en los Estados Unidos, hoy en día, todos los antecedentes de inteligencia y los datos científicos de fuentes abiertas nos permiten predecir — con un alto porcentaje de probabilidad – que en la Republica de Chile estamos “Ad Portas” de una crisis energética de características catastróficas que será gatillada por acciones militares en el Medio Oriente. La necesidad por reformar urgentemente nuestras envejecidas instituciones de Inteligencia Estratégica se mezclan – desafortunadamente – con un afán de verdadera rebeldía e ignorancia por parte de un estamento político que es – y la verdad sea dicha – incapaz de comprender las gigantescas señales y eventos que les advierten de la amenaza.

Cada época tiene sus problemas. Sin duda la grandeza consiste en identificarlos a tiempo para con valentía, eficiencia y dinamismo, enfrentarlos de la mejor forma posible. Y Chile… ya fue advertido.

José Miguel Pizarro Ovalle

Analista de Defensa